jueves, 21 de diciembre de 2017

ALERTA PETARDOS!

Se acercan las fiestas navideñas y con ellas, los petardos. Son muchos los perros que presentan problemas frente a ruidos fuertes, asustándose y estresándose. Los síntomas que puede presentar un animal con fobia a ruidos son los de una respuesta de miedo exagerada y que no concuerda con la magnitud del estímulo, tales como temblores, ansiedad, midriasis (pupilas dilatadas), salivación, jadeo, micción y defecación, intentos de huida o de esconderse, destructividad, deambulación, etc.

En este artículo os mostraremos una serie de estrategias beneficiosas ante este tipo de situaciones, como la creación de un refugio para el animal, cuál debe ser la actitud del propietario y la prevención del problema desde edades tempranas.



Creación de un refugio
Se trata de proporcionar al animal una zona donde se sientaa salvo y se puedarefugiar cuando sienta miedo.

Debe ser un lugar nuevo que pueda servir de escondite, algo que él no relacione con miedo o situaciones desagradables. Puede servir un transportín sin puerta o una caja grande. Lo podemos tapar con una manta para intentar aislar más la zona y darles más sensación de seguridad. Dentro del refugio colocaremos una cama que le guste, juguetes, premios, su manta preferida… cualquier cosa que le haga sentir bien y confortable.Este refugio deberá estar colocado en una estancia tranquila, silenciosa y lo más alejado posible de la fuente de ruido.

Este lugar tiene que estar a su disposición pero no debemos obligarlo a estar allí. Lo mejor es trabajarlo con anterioridad, mostrando el sitio y administrándole premios comestibles.
Por último, insonorizamos del exterior en la medida de lo posible, cerrando persianas y cortinas de la habitación. También podemos poner música tranquila.

La actitud del propietario
¿Cómo deberíamos comportarnos para llevar lo mejor posible la ruidosa noche de fin de año? Es importante que nos mantengamos tranquilos y en calma. Si los animales notan nuestro nerviosismo, estaremos reforzando la sensación de peligro. Nuestra tranquilidad es básica para mostrarles que no hay nada que temer. Es importante actuar de manera calmada (movimientos, gestos y tono de voz) y evitar comportamientos inusuales como estar constantemente hablándoles o acariciándoles.

A ser posible estaremos con nuestro perro o gato y, si no está demasiado asustado, podemos intentar distraerle con juegos. Es fundamental entender que el miedo es una emoción que no se puede controlar, por lo que debemos aceptarlo, ¡nada de enfados ni castigos!

Por último, no intentemos que superen sus miedos enfrentándoles a ellos: eso sólo empeorará la situación.



Paseos y actividad física
Es importante tener en cuenta las horas dónde se concentran los mayores niveles de ruido, evitando salir a la calle con nuestro perro en esos momentos, así como por lugares muy transitados.

Podemos organizar las actividades de cara a los eventos ruidosos, fomentando la actividad física y haciendo ejercicio con nuestro perro las horas previas. Sabemos que uno de los momentos con mayor actividad pirotécnica es la nochevieja, por lo que podemos aprovechar esa tarde para dar un paseo largo con nuestro perro en una zona alejada del barullo y fomentar que haga ejercicio. De ese modo, una vez de vuelta en casa, estará más relajado e incluso cansado, y bajará la guardia de cara a la hora de los ruidos.

Debemos tener en cuenta en los paseos que siempre existe la posibilidad de que nos sorprendan con un petardo y nuestro perro se asuste. Es fundamental pasearlo siempre con correa para evitar accidentes, atropellos y desapariciones.

Tratamiento con fármacos y feromonas
Existen varios grupos de fármacos indicados para el tratamiento del miedo a ruidos en el perro. Consulta siempre con tu veterinario antes de dar cualquier fármaco.

Tradicionalmente se ha utilizado un compuesto llamado acepromacinacon la idea de que el animal no sienta miedo en eventos que lo podrían desencadenar. Sin embargo, esto no es lo que se consigue en realidad. La acepromacina es un fármaco del grupo de los neurolépticos. Su mecanismo de acción trata de bloquear los receptores dopaminérgicos en los ganglios basales y sistema límbico. Produce además depresión del sistema nervioso central, que conlleva sedación e incoordinación: disminuye las respuestas motoras pero apenas afecta a la percepción sensorial. El resultado es un perro cuya respuesta motora está disminuida, pero que seguirá percibiendo el estímulo como amenazante.Esto se traduce en un incremento del estado de ansiedad, una disminución del bienestar del animal y, en ocasiones, un agravamiento de la fobia. En ocasiones también desinhibe la conducta agresiva, con la consiguiente peligrosidad que ello conlleva para el propietario. Por todo esto, nosotros desaconsejamos el uso de éste fármaco para enfrentar la fobia a los ruidos.

En su lugar, podemos utilizar otros métodos más seguros, como son las feromonas apaciguantes o ciertos productos naturales. Si quieres información al respecto, no dudes en preguntarnos!




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