En julio de 2016 cambió
la normativa en Castilla y León sobre identificación de animales de compañía,
vacunación antirrábica y desparasitación equinocócica.
Desde entonces, la
desparasitación contra Equinococcus granulosus es obligatoria en
perros de más de tres meses de edad, y se debe realizar mediante la
administración de un antihelmíntico farmacológicamente activo y oficialmente
autorizado. El tratamiento tendrá una periodicidad mínima de 6 meses,
siendo recomendable la desparasitación trimestral. La realización de la
desparasitación deberá quedar reflejada en la sección correspondiente del
pasaporte del animal.
Los equinococos (Echinococcus)
son pequeños gusanos planos que tienen el cuerpo dividido en segmentos y viven
en el intestino delgado de perros, gatos y zorros. Estos animales actúan como
los hospedadores definitivos de los gusanos adultos, y los síntomas clínicos
que presentan son normalmente leves, por lo que el diagnóstico resulta difícil:
un perro podría estar infestado (siendo una potencial fuente de contagio) y no
darnos cuenta. Por este motivo es tan importante la prevención.
Los animales infestados
pueden contagiar a otros animales (hospedadores intermedios o accidentales)
entre los que se incluyen las personas, por lo cual este parásito constituye un
importante problema de salud pública.
Los Echinococcus
granulosus adultos habitan en el intestino delgado de los hospedadores
definitivos: perros domésticos, otros cánidos, y gatos. Poseen una cabeza
(escólex) con la que se anclan a la pared del intestino del “huésped final”,
mientras que el cuerpo queda suelto en el intestino. Los huevos se forman en
los últimos segmentos del cuerpo del gusano, que se desprenden y son expulsados
con las heces del animal parasitado. Los huevos de estos parásitos son la forma
infectiva para los hospedadores intermediarios (mamíferos herbívoros u
omnívoros) y el humano (hospedador accidental). Los huevos son infecciosos
inmediatamente y pueden ser ingeridos por un “huésped intermedio”. Este
“huésped intermedio” es específico de cada tipo de equinococo, pero normalmente
es un rumiante. La tenia puede infectar diversos órganos y tejidos del huésped
intermedio (p. ej., el hígado). Cuando estos órganos infectados son ingeridos
por un perro o un gato, por ejemplo al devorar restos de animales muertos, la
tenia comienza a desarrollarse en el animal, alcanza la madurez y comienza a
excretar huevos en las heces del animal. De esa forma se completa el ciclo de
vida de la tenia.
La mayor preocupación
relacionada con estos gusanos es que las personas pueden actuar como huéspedes
intermedios al infectarse a través de los huevos excretados por los perros o
con menor frecuencia, por los gatos. En las personas, estos parásitos causan
una grave infección que puede ser mortal: la hidatidosis.
Los parásitos pueden
provocar graves problemas de salud en animales y personas, por eso es
fundamental que desparasitemos de manera periódica a los miembros peludos de
nuestras familias.
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