¿A quién no se le ha ocurrido darle un hueso a su fiel
amigo? Aunque la primera respuesta sea siempre “a mí no”, la verdad es que es
una práctica bastante habitual, históricamente arraigada y en muchos casos,
difícil de erradicar.
Pero para empezar a hablar de este tema, debemos de
partir de una clara respuesta a la pregunta que planteamos: NO, LOS PERROS NO PUEDEN COMER HUESOS. Los
perros siempre van a querer comerlos por su olor a carne, y no por eso
hay que pensar que es bueno para el animal y sobre todo que les hagamos bien
con ello. Muchos son los daños que pueden ocasionar esos huesecillos en el
animal ya sean de conejo, cerdo, cordero, pollo, o de cualquier otra especie.
Enumeremos los procesos más habituales que vemos en
consulta de perros que han ingerido huesos:
•DESGASTE
DENTAL O FRACTURAS DENTALES.
•HUESOS
ANCLADOS EN LA MANDÍBULA.
•HERIDAS EN LA
BOCA (PALADAR, LENGUA, ENCIAS O MEJILLAS).
•OBSTRUCCIÓN
DEL TRANSITO INTESTINAL, O BIEN PUEDEN QUEDAR ATRAPADOS EN EL ESTÓMAGO, Y EL
PERRO NO PODER DIGERIRLO. (Todo esto requiere cirugía).
•ESTREÑIMIENTO
GRAVE, muchas veces hay que anestesiar al animal, e intentar evacuar el
contenido, otras veces más graves, hay que cortar un trozo de colon.
No hay que olvidar que los perros provienen de los
lobos, los cuales comían huesos para conseguir un aporte de calcio que no
encontraban en ningún otro elemento de la naturaleza, pero han ido
evolucionando a medida que ha pasado el tiempo, y ese suplemento actualmente se
consigue del pienso, el cual es la comida más equilibrada para nuestro animal.
¿Acaso os parecería lógico que los humanos consumiéramos
los mismos productos y elaborarlos de la misma forma que una persona en la
prehistoria? La respuesta es no y por tanto deberíamos de aplicarlo a nuestros
pequeños amigos.
Para sustituir los huesos existe una opción muy
interesante: los huesos de piel prensada. Para un perro es como que le dieras
un gran chuche, que le ayudará a limpiar los dientes y le mantendrá entretenido
durante horas.
Yo no me arriesgaría a poner en juego la vida de mi
perro por un hueso y por eso no te recomiendo que lo hagas, aunque por
desgracia nos seguiremos encontrando con más casos como los anteriormente
descritos y seguro que algunos con final muy triste.
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