Seguramente todos hemos oído hablar de la torsión de estómago debido,
desgraciadamente, a algún perro que ha muerto por ello, pero… sabemos que es
exactamente, como podemos reducir la probabilidad de que ocurra o que debemos
hacer si nuestro perro lo sufre? Aunque conozcas la respuesta a todas estas
preguntas te recomendamos que leas atentamente este artículo, seguro que
descubres algo nuevo y el mayor beneficiado de ello será tu perro.
¿Qué es la Torsión de Estómago?
La Torsión de Estómago es una distensión aguda del estómago en la que
éste puede llegar a torcerse sobre sí mismo. El estómago del perro está sujeto
por dos ligamentos que, dependiendo de su talla y del volumen de la cavidad
abdominal, pueden no ser suficientemente fuertes como para sostenerlo. El
estómago puede bascular más de la cuenta por diferentes motivos: por el
movimiento, los saltos, los cambios de postura...
El principal problema es que, si estos ligamentos no son lo
suficientemente resistentes como para asumir esa basculación y controlarla, el
estómago puede que acabe torciéndose sobre sí mismo.
Cuando esto ocurre el perro no puede descargar el contenido del estómago
debido a que éste se encuentra retorcido en ambos extremos. Así pues, la
presión aumenta hasta el punto de provocar cambios en otros órganos que ponen
en riesgo la vida del animal, ya que cuando el estómago gira sobre sí mismo, se
interrumpe la circulación sanguínea en ambos sentidos (de entrada y retorno al
estómago).
Podríamos detallar una lista de perros más predisponentes a sufrir este
problema… pero no lo haremos, ya que todos
los perros, incluso los de pequeño tamaño, tienen el riesgo de sufrir la
torsión.
¿Cómo se detecta?
La torsión de estómago se detecta fácilmente, siendo los siguientes
síntomas los más representativos:
-
El perro se muestra inquieto,
no para de moverse y se queja.
-
Eructa y sufre espasmos
abdominales.
-
Intenta vomitar pero no lo
consigue, tan solo arroja saliva espumosa en abundancia.
-
Su abdomen se hincha y se pone
tenso, duro, y si lo tocamos suena como un tambor.
Si nuestro perro refleja estos síntomas, solo hay una cosa que se podamos
hacer: acudir inmediatamente a un
veterinario (guarda en tu móvil el teléfono de urgencia de tu
veterinario de confianza ya que en casos como este cada segundo es vital).
Prevención
Para evitar la torsión podemos hacer varias cosas:
-
Elevar los comederos hasta la
altura del pecho de nuestra mascota (muy
importante). Con ello evitaremos que el animal trague excesivas cantidades
de aire durante su alimentación, con lo que disminuimos la cantidad de gases
dentro del estomago.
-
Evitar grandes volúmenes de
comida (hay comederos especiales para perros ansiosos con la comida, consulta a
tu veterinario).
-
El ejercicio físico violento
(jugar, correr) tras una comida abundante supone un esfuerzo respiratorio que
favorece la torsión.
-
Alimentar dos veces por día
(si son cachorros, tres veces al día); si no come una de las raciones NO
duplicar la siguiente.
-
No se debe alimentar al perro
si parece estresado o excitado.
-
Evitar que tomen agua en exceso
después de comer.
-
Si van a viajar, dar largos
paseos... es mejor que ayunen y coman al final de viaje o del paseo.
-
No alimentar al animal a
última hora de la noche.
V20A